Unos arqueólogos búlgaros han encontrado recientemente 60 casas en un asentamiento neolítico, datado en unos 8000 años de antigüedad, que tenían entre siete y ocho metros de altura y entre las que se disponían una serie de calles que las separaban.

El hallazgo se ha realizado cerca de Mursalevo, una población situada a unos 67 kilómetros de la capital búlgara Sofía, en la región de Kyustendil al suroeste de Bulgaria, durante unos trabajos arqueológicos previos al trazado de la autopista Struma que vinculará Sofía con la frontera griega.

Según los arqueólogos, las personas que levantaron el asentamiento neolítico poseían un alto nivel cultural. No hay que perder de vista que se requiere una gran organización social para planificar un asentamiento de estas características. Posiblemente, las personas que vivieron en ese asentamiento provenían de la zona de Anatolia, en Asia Menor.

El arqueólogo responsable de la excavación, el profesor Vasil Nikolov, ha declarado a los medios de comunicación que han detectado casas de dos pisos, con marcos de madera y de arcilla en los vanos. Asimismo, han localizado en el mismo lugar tres amplias calles paralelas entre sí.

Según el informe de los especialistas, se evidencia en el yacimiento la aparente costumbre de provocar fuertes incendios voluntarios dentro de las casas, para que se endurecieran las paredes y se conservaran mejor, y de enterrar después las viviendas. El profesor asociado Krum Buchvarov ha explicado que el hecho de que las paredes fueran expuestas a tan altas temperaturas ha permitido al equipo de arqueólogos reconstruir mejor las antiguas moradas.

En el interior de las viviendas, los investigadores han encontrado enseres de la vida cotidiana como hornos, molinos de piedra para moler la harina y recipientes de arcilla pintados.

Según los investigadores, el hecho de que esta gente del neolítico enterrara simbólicamente sus casas pudo deberse a que creyeran que tenían alma propia, ya que incluso enterraron varias piezas de la casa en pequeñas fosas muy profundas.

Para el profesor Nikolov, "podemos suponer que hubo una serie de problemas relacionados con el ciclo correspondiente de la vida y, tal vez, quisieron romper dicho ciclo para completarlo y comenzar uno nuevo en otros lugares, así que quemaron el pueblo".

Los arqueólogos además han encontrado algunas conchas que probablemente fueron ensartadas en algún tipo de collar. Este es uno de los pocos objetos que pueden mostrarnos que hubo algún tipo de prestigio social, ya que no hay nada más que muestre una jerarquía. Nikolov piensa que pudo tratarse de una sociedad de pastores y cazadores con una cultura muy rica.