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Foto: JAVIER MARCOS. |
Europa Press.
El doctor Javier Marcos Sáiz, del Laboratorio de Prehistoria de la
Universidad de Burgos (UBU), ha documentado en una
tesis doctoral la
existencia de más de doscientos yacimientos del Neolítico a la Edad del
Bronce en diez kilómetros de radio de la Sierra de Atapuerca, lo que
demostraría que dicha zona es una de las de la Meseta Norte peninsular
más intensamente ocupadas en ese periodo.
El trabajo sobre la
Prehistoria Reciente del entorno de la Sierra de Atapuerca (Burgos)
recogido por Europa Press, que ha recibido la máxima distinción
académica, estudia las sociedades del Neolítico, Calcolítico y Edad del
Bronce del entorno de la citada área arqueológica burgalesa.
El
título de la investigación sintetiza el ámbito geográfico del área de
estudio--diez kilómetros de radio de Cueva Mayor de la Sierra de
Atapuerca, o 314 km2)--, el marco cronológico de la discusión (VI al II
milenio BC), la esencia del enfoque teóricometodológico y los objetivos
generales del trabajo, en concreto la evolución de la tecnología lítica y
la evolución del poblamiento.
La tesis doctoral supone una gran
aportación a la Prehistoria Reciente peninsular, ya que nunca antes se
habían documentado y analizado tal cantidad de yacimientos en un área de
diez kilómetros de radio.
Por ejemplo, en la Tesis Doctoral se
realiza un análisis tecnológico y tipológico de los artefactos líticos
de 168 yacimientos (cerca de 8.000 piezas), mientras que el Análisis
Locacional se efectúa sobre 247 yacimientos del área de estudio, todos
los yacimientos documentados hasta la actualidad: sitios de exterior,
poblados excavados, cuevas y estructuras funerarias megalíticas.
La
clave del diseño metodológico ha sido la construcción de un Sistema de
Información Geográfica (SIG) y la implementación de varias técnicas de
la Estadística Multivariante e Inferencial, cuantificando múltiples
variables tecnológicas y locacionales para contrastar diferentes
hipótesis, clasificar los yacimientos en varios grupos funcionales y
locacionales, y verificar las diferencias o similitudes entre el
Neolítico, el Calcolítico y la Edad del Bronce.
En los resultados y
conclusiones de la investigación, las evidencias arqueológicas y los
datos contrastados demuestran que el entorno de la Sierra de Atapuerca
es uno de los territorios de la Meseta Norte más intensamente explotados
durante la Prehistoria Reciente, con varias cuevas polifuncionales
(zonas de hábitat, estabulación, espacios funerarios y manifestaciones
simbólicas), poblados de diferente duración (estables y estacionales),
espacios de actividad económica complementaria (recurrentes y efímeros) y
varias estructuras funerarias megalíticas espacialmente
interrelacionadas.
Los resultados de la investigación manifiestan
el interés de los grupos prehistóricos por este espacio geoestratégico
que conecta la Cuenca del Duero con la Cuenca del Ebro, con alta
potencialidad de recursos económicos, con gran diversidad de biotopos y
varios afloramientos de sílex.
MÁS DE UN MILLÓN DE AÑOS
Las
investigaciones indican que el entorno de la Sierra de Atapuerca ha sido
explotado desde más de un millón de años, exceptuando algunos periodos
cronoculturales ausentes o de escaso impacto en el medio.
Desde el
Neolítico Antiguo (VI milenio a. C) hasta la Edad del Bronce (II
milenio a. C) se documenta una continuidad del poblamiento de gran
intensidad, -tanto en las cuevas como en el exterior-, desplegando una
estrategia económica agropecuaria con una tecnología industrial de
similares características, aunque con cambios técnicos muy progresivos.
En
los aspectos locacionales y territoriales los datos también manifiestan
cambios diacrónicos muy progresivos que se correlacionan con los
cambios medioambientales, económicos y sociales, constatando una
progresión en la territorialidad, en la jerarquización espacial y en la
complejidad socioeconómica en el marco de un mismo territorio tribal.
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